Es común que al abrir una bolsa de café recién molido y disfrutar de ricos aromas, el entusiasmo se transforme en decepción al probar una taza que resulta fina, incompleta o débil. Esto es lo peor para cualquier amante del café.
Afortunadamente, una mala taza no significa que todo el lote de café sea un fracaso, ni que tengas que resignarte a tomar toda la bolsa si el perfil de sabor no te convence. Aquí exploraremos tres formas simples para preparar un café fuerte que se ajuste a tus preferencias de sabor.
¿Qué es realmente un "café fuerte"?
"Fuerte" es uno de los adjetivos más comunes para describir el café, pero ¿qué significa realmente? Aunque muchas personas usan esta palabra para describir su café, en realidad puede referirse a varias cosas. Sin embargo, en el mundo del café, "fuerte" tiene un significado específico.
El café fuerte no se refiere a un café amargo o altamente cafeinado, aunque algunas personas pueden usar estos términos indistintamente. De hecho, la amargura en el café es un defecto y no un signo de fortaleza. Esta suele provenir de defectos en los granos verdes o en el perfil de tueste, o de errores en el proceso de preparación, como usar agua a más de 96 °C o dejar el café en una placa caliente demasiado tiempo.
De manera similar, un café con alto contenido de cafeína no es necesariamente fuerte. Aunque muchos bebedores de café casero aumentan la cafeína usando más café en su preparación, la concentración de cafeína y la fortaleza son atributos diferentes.
El café verdaderamente fuerte es aquel que es rico y denso. Es lo opuesto a un café aguado o fino. Es una taza con cuerpo, como un Cabernet, en lugar de una ligera como un Pinot Noir. Un café fuerte tiene peso en boca y una textura que se siente en cada sorbo.
Ahora que tenemos claro qué significa fortaleza en el contexto del café, pasemos a las soluciones para preparar un café fuerte.
1. Usa equipos de preparación que prioricen la fortaleza
Existen miles de métodos y equipos para preparar café, pero no todos son ideales si buscas un café fuerte. No importa qué tipo de café o técnica utilices, si preparas tu café con un equipo que produce una bebida ligera, probablemente no obtendrás el perfil que buscas.
Evita estos métodos si buscas un café fuerte:
Cafeteras automáticas de goteo: Estos equipos utilizan filtros de papel de grosor medio que retienen muchos de los aceites y micro-partículas que crean una infusión fuerte.
Métodos pour-over como el Hario V60 o Chemex: Estos dispositivos utilizan filtros más gruesos que producen un sabor limpio y suave, pero también atenúan el sabor y generan una textura más ligera en boca.
Keurig o cápsulas: Las cápsulas de café suelen usar una cantidad muy pequeña de café, lo que casi siempre resulta en una bebida más ligera. Definitivamente evita estos sistemas si buscas fortaleza.
En cambio, si buscas un café con cuerpo y sabor completo, considera estos métodos:
Prensa francesa: Este método clásico utiliza un filtro metálico permanente que permite que todos los aceites naturales y las micro-partículas pasen a la taza final. El resultado es un café con mucho cuerpo y sabor, aunque a veces con un toque "arenoso" en el fondo de la taza.
Métodos pour-over con filtros metálicos: Si prefieres una textura ligeramente más suave, pero aún con cuerpo, puedes usar un método pour-over con un filtro metálico en lugar de papel.
Cafeteras moka: Este método produce una forma de café altamente concentrada, similar al espresso, con una textura pesada y un perfil de sabor intenso. Algunos lo consideran incluso demasiado fuerte para su gusto, pero es ideal para quienes buscan fortaleza.
2. Ajusta tu receta o técnica de preparación
Si estás usando un método manual para preparar tu café (en lugar de uno automático, como una cafetera de goteo o un sistema de cápsulas), tienes cierto control sobre el perfil de sabor de tu taza. Con algunos ajustes a tu receta o técnica, puedes llevar tu café en la dirección correcta.
Aquí tienes algunas opciones:
Usa un poco más de café:
Agregar una pequeña cantidad adicional de café producirá un sabor más concentrado. Sin embargo, esto también puede hacer que tu café sepa ligeramente más ácido, ya que hay menos agua para extraer cada partícula de café. Sugerimos aumentar la cantidad de café en no más del 10%.
Muele tus granos un poco más fino:
Las partículas más pequeñas se extraen más rápido, por lo que si solo cambias el tamaño de la molienda, puedes aumentar la extracción total y lograr un sabor más fuerte y completo. Ten en cuenta que moler demasiado fino puede resultar en una extracción excesiva, que produce sabores amargos y apagados.
Aumenta ligeramente el tiempo de preparación:
Si usas una prensa francesa (o algún otro método donde controlas directamente el tiempo de extracción), agregar entre 15 y 30 segundos al tiempo de infusión es una forma sencilla de aumentar la extracción. Pero recuerda que dejarlo demasiado tiempo puede llevar a una sobre-extracción.
Nota: Haz solo un cambio pequeño a la vez en tu receta o técnica. Es fácil pasarse de la raya y terminar con un perfil de sabor desagradable si haces demasiados ajustes a la vez.
3. Prueba granos con perfiles de sabor más fuertes
A veces, la única solución es probar un café diferente. Los gustos son variados, y si no disfrutas el café que estás tomando, no tienes por qué forzarte a terminar toda la bolsa.
Lo más probable es que, si no estás obteniendo sabores lo suficientemente intensos con los métodos anteriores, debas probar un café de tueste medio-oscuro o oscuro la próxima vez.
Estos cafés suelen tener notas clásicas de sabor intenso: caramelo rico, chocolate cremoso, toques terrosos o a nuez, y una acidez ligera.
Aquí tienes algunas marcas que recomendamos para quienes buscan perfiles de sabor intensos:
George Howell Coffee
Ceremony Coffee
Methodical Coffee
Para obtener el mejor sabor intenso posible, combina un café de tueste oscuro con una prensa francesa para aprovechar al máximo su cuerpo y profundidad..