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Seguir comprando¿Te imaginas un mundo sin una taza de café? Existen múltiples amenazas del cultivo del café, que lo ponen en riesgo de extinción, por lo que en este artículo, te contamos cuáles son esas amenazas y de qué manera están afectando la producción de este noble rubro.
El consumo de café se ha duplicado desde el año 1980 al año 2016, en 4.600 millones de kilos, para un total de 9.500 millones de kilos de café en el planeta; un cuarenta y seis por ciento (46 %) más, en sólo 36 años; y sigue en aumento.
Sin embargo, el café como cualquier otra especie en el planeta tierra, corre el riesgo de extinguirse, y es que no sólo los dinosaurios, se han extinguido en este mundo.
Se dice, que esta bebida, podría desaparecer de la dieta, porque el 60% de las especies silvestres del café, están en extinción, y se asegura que corresponde a una de las tasas de probabilidad, más altas para una planta.
Y esto es, porque de las ciento veinticuatro (124) especies de café silvestre conocidas, según la Organización Mundial del Café (IMC), setenta y cinco (75) de ellas, están en peligro extinción, aun cuando son, la variedad arábica y robusta, las que se comercializan en un 60 % y 40 %, respectivamente, en todo el mundo.
La reducción de tierras disponibles se ha convertido en una de las amenazas, sobre todo, en ámbito comercial. En Etiopía, uno de los países donde se produce la mayor cantidad del café del mundo, se estima que las áreas de siembra en este país podrían reducirse en un 60 %.
Parte de esta reducción de las áreas de siembra del cultivo del café, están asociadas al cambio climático.
La susceptibilidad de la producción del café a climas extremos es uno de los elementos, que está afectando.
Hay países, donde se asegura que el calentamiento global, está generando un impacto en la producción, presentándose grandes dificultades en los recientes años, incluso se informa sobre la creciente cantidad de cosechas pérdidas, asociadas a sequías prolongadas.
Esto, debido a la reducción de las lluvias por debajo del promedio general, que ha llevado a los cultivos a sufrir de estrés hídrico, por las sequías extremas.
Aunque una sequía temporal, no puede asociarse de inmediato al cambio climático, la continuidad de acontecimientos, de forma prolongada y extrema, la convierten en una amenaza a atender.
Además, las bajas precipitaciones, asociadas a altas temperaturas, afectan severamente a las plantaciones. En Brasil, se estima que han aumentado en 3 %, incidiendo, en menores cosechas, pero no sólo eso, han impactado en la obtención de un café más amargo.
Y es que, Brasil, el mayor productor y exportador de granos de café en el mundo, enfrentó su peor sequía, cuya producción de café generó un breve déficit de 218 millones de kilos frente a un consumo mayor cada día, en los recientes años.
Por eso se afirma que, con el cambio climático, mediante la asociación del aumento de temperaturas en todo el planeta, junto a sequías prolongadas, se esperan afectaciones mayores, y más agudas, debido a mayor evaporación y suelos más secos.
Por lo tanto, se sostiene que la disponibilidad de café dependerá cada vez más del cambio climático. Tomando en consideración que las temperaturas se han elevado hasta 1 % en todo el mundo, y las precipitaciones han disminuido en 15 % desde los años 1980. Como consecuencia, infinidades de caficultores, han perdido sus cosechas, incluso se estima que la mayoría de éstos, podrían perder sus plantaciones cafetaleras para 2050.
Por ejemplo, en Etiopía, el mayor exportador de café de África, donde la amenaza alcanzaría con reducir hasta en un 60% sus plantaciones, la realidad es que está asociada, al aumento de las temperaturas, que se estiman en 4 °C, acompañado por la alta emisión de dióxido de carbono, proyectado hasta final de este siglo.
Entre otras amenazas al cultivo del café, por ende, a la oferta y consumo de la bebida, corresponde a las enfermedades y plagas que atacan a las plantas, como factores que también están incidiendo, por la existencia de una propagación más rápida; incluso se sugiere, a la escasez de mano de obra para atender los cultivos.
Para el 2050, se estima que el área sembrada del cultivo del café en todo el mundo se reduzca en un 50 %, según el Instituto de Cambio Climático de Australia; tomando en consideración que actualmente existen alrededor de 11.000 millones de hectáreas sembradas.
Expertos en el tema indican y sugieren que, para mantener la producción y consumo actual, se tendrá que cosechar 2,5 veces más café en la mitad de las plantaciones establecidas actualmente, para poder satisfacer la demanda, sobre todo la futura.
Por lo cual, es necesario que el sector cafetalero, tome medidas, para mitigaciones necesarias.
Entre tanto, la reducción del café, se asocia principalmente a las zonas de alta calidad del café. Y mientras, se acelera el proceso para seleccionar plantas que puedan tolerar condiciones de sequía, de acuerdo al genoma de la especie de café arábica; y se trabaja en un programa de cultivos para diseñar “nuevas variedades” más resistentes al cambio climático.
Y finalmente, el efecto combinado del cambio climático y otras amenazas será lo que generará cambios drásticos en la industria del café; incluso que llevarán a exploraciones de nuevas zonas para la producción del grano en el mundo, quienes quizás, se convertirán en nuevos actores activos dentro del sector cafetalero, entre los que destacan, Estados Unidos, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y los Andes, como algunas áreas favorecidas.
Pero esta realidad, no es algo que sucederá de la noche a la mañana y, para entonces, los amantes de la cafeína podrían verse enfrentados a un aumento de precios y una disminución en la calidad en sus cafeterías preferidas. Así que, por los momentos, podremos seguir contando, con nuestra taza de café todos los días.