El café como parte de nuestra vida cotidiana

Hemos hablado y aprendido de muchos temas alrededor del grano de café, de las preparaciones y de las diferentes variedades, también sobre sus orígenes y hasta de todo lo que influye en cada uno de los sabores en nuestra taza, realmente en la mayoría de las ocasiones hemos sido más formativos, porque sabemos que todos queremos aprender y descubrir más sobre esta bebida que nos han enviado los Dioses (sin importar en lo que cada uno crea) pero llegó el momento de hablar desde el corazón y entender todo lo que hace de una simple taza de café, mi mejor amigo, mejor dicho mi hermano.

Empecemos por entender que para crear una buena relación siempre es necesaria la constancia y la cordialidad, esas personas que hacen parte de nuestras vidas, son las que se toman el trabajo de preocuparse por nosotros y alegrarnos cada día. Pero no hay un mejor “bueno día” que ese primer sorbo de café, ahí es cuando inicia nuestro día, él es el primero en desearnos que iniciemos nuestro día de la mejor manera y por eso el primer café debe ser el que más nos despierte.

Pero eso es solo el primer paso de esta amistad, entender que cada vez que se busca un momento a solas él es la mejor compañía, quién estando a tu lado y brindándote toda su calidez, te permite estar solo pero no sentirte así, te escucha en los momentos más amargos y te deja hablar respetando siempre tu opinión y respondiendote con toda su dulzura.

Un amigo es eso, es el que siempre está ahí para uno cuando lo necesitas, que sin importar a la hora que lo busques te tenga una respuesta, si un día le dices que te acompañe a las 4:30 a.m. va a estar ahí para despertarte, compartir contigo un buen almuerzo o un delicioso y dulce postre, y en esas largas y difíciles noches donde debes dar más de lo que el cuerpo puede, cuando los ojos se quieren cerrar y el sueño ataca con toda su fuerza, llega ese amigo que nos pone conversa, nos recarga de energía y nos transmite toda su fuerza para seguir hasta completar esos pendientes que nos alejan de la cama.

Pero no, él no es de esos amigos celosos y posesivos, al contrario, es ese amigo sociable que conecta siempre bien con otras personas y que, al momento de relacionarse con nuevos amigos, ni su acidez hace que le caiga mal a los otros. Por eso cuando mi mejor amigo comparte un espacio con mis amigos, el plan se hace más ameno, divertido y hasta más interesante. El sabor y la alegría se toma el encuentro generando alrededor del café siempre la mejor de las conversaciones. Y eso que no les he contado sobre lo buen cupido que puede ser, pocos amigos se pueden invitar a una primera cita, pero cuando se trata de conocer a alguien nuevo, el café es el primer invitado y muchas veces hasta quien escoge el lugar. La presencia del café en una cita, te va a enseñar sobre la dulzura o la acidez de esa persona, te va a despertar todos los temas de conversación que puedas imaginar y le va subir la temperatura a la conversación.

Siempre se ha dicho que la mejor compañía es un buen libro, que te acompaña y te cuenta las mejores historias. Nada puedo decir en contra de eso, pero la mejor compañía de un libro es un amigo como el café. El libro te acompaña en ese largo viaje y el café le da más sabor a cada página, los libros te cuentan cientos de diferentes historias, mientras el café crea muchas de esas historias.

Mejor dicho, el café es un amigo incondicional, nos acompaña en buenas y hasta en las malas, o cuando al momento de decirle adiós a un ser querido el café no ha estado contigo. Está con nosotros, mañana, día y noche y nunca pensaríamos que es tóxico, de pronto intenso, pero solo en algunos casos. También nos acompaña en el desayuno, en el almuerzo, el postre y en cada comida, cuando se necesita un espacio de tranquilidad y hasta cuando necesitamos más energía.

Ahora entienden porqué digo que es mi mejor amigo, siempre ha sido incondicional, lo conozco hace muchos años y nunca me ha faltado, siempre ha estado conmigo y me ha enseñado con calidez, me ha aconsejado con dulzura y me ha cuestionado con acidez. Pero sin importar el porque acuda a él, siempre está dispuesto a compartir un gran momento contigo. Cuando lo conocí nunca pensé que se fuera a volver tan importante en mi vida, pero hoy puedo decir que un amigo con su fuerza y dulzura es el mejor amigo que puedes tener.