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Seguir comprandoTe levantas a las 8:00 am un domingo, no tienes ánimo de cocinar, así que decides salir y desayunar afuera. Llegas a tu lugar favorito, pides lo de siempre, y al momento de escoger tu café, observas en la carta “café espresso, café americano” y sin saber mucho la diferencia entre ambos, te vas por un espresso.
Capaz no le has prestado atención a la diferencia entre ambos tipos de café, y siempre has tenido la duda. Así que hoy ¡Eso se acaba! Te vamos a contar la Historia del café Espresso y el café Americano para que la próxima vez que te provoque esta deliciosa bebida milenaria, hagas una elección más consciente.
Estamos en 1884 y el café ya era una bebida conocida en el Reino de Italia. Su preparación era lenta y minuciosa hasta que un día, esto cambió.
Así como la Revolución Industrial transformó la forma en la que las personas se transportaban, comunicaban y accedían a energía eléctrica, también lo hizo con el consumo del café: la nueva división de trabajo y la rapidez en la que transcurrían las actividades cotidianas de los italianos, demandaban un café que pudiese estar listo en pocos segundos.
Ante esta nueva necesidad, en mayo de ese mismo año Angelo Moriondo, inventor y empresario italiano, creó la primera máquina para hacer café espresso, es decir, un café que pudiese prepararse en pocos segundos, sin perder su aroma y sabor; y las instaló en dos establecimientos de su propiedad.
Este invento que cambiaría para siempre la preparación y el consumo del café, fue presentada en la Exposición General de Turín como una nueva maquinaria de vapor para la elaboración económica e instantánea de bebidas de café.
Como todo los avances tecnológicos, la máquina de espresso siguió evolucionando y en el 1901, Luigi Bezzera, mecánico italiano, patentó una máquina capaz de hacer pasar agua hirviendo y vapor por el café para extraer sus sabores y aromas más profundos en menos de un minuto (tiempo récord para le época), dando así origen formal al espresso.
De modo que la presentación del café espresso se convirtió en un bebida de entre 25 y 35 ml aproximadamente, que se caracterizaba por su cremosidad (gracias a la presión ejercida), su rapidez y sabor concentrado: ideal para despertar a los italianos y prepararlos para su jornada diaria.
En 1905 Desiderio Pavoni adquirió la patente de Bezzera y con ella fundó la empresa “La Pavoni” que producía y comercializaba esta nueva invención en un taller ubicado en Milán. Lo cual masificó así su presencia en cientos de restaurantes y establecimientos de Italia, con algunas mejoras como la válvula de seguridad y la lanceta de vapor para la leche.
El origen del café americano lo encontramos en la época de la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadounidenses estuvieron de paso por Italia. Si bien ambos países estaban en conflicto, el intercambio cultural no pasó desapercibido.
De acuerdo con la historia que se ha transmitido de generación en generación, los soldados estadounidenses no disfrutaban del sabor fuerte que caracteriza al café espresso, ya que estaban acostumbrados a degustar algo más suave: el café de filtro.
Su preparación se realizaba a través de una cafetera con filtro, en la que se deposita el café molido y luego se vierte agua caliente para obtener una bebida menos concentrada y poco ácida.
Para seguir disfrutando de este tipo de café e imitar al que ya estaban acostumbrados, los estadounidenses le pedían a los baristas italianos agregar un poco más de agua caliente a esos 35 ml de café condensado, y así disminuir su fuerte sabor amargo.
La guerra culminó, los soldados abandonaron el país no sin antes dejar una huella indeleble en la cultura del consumo del café: una nueva manera de preparación para los italianos, que a partir de ese momento iba a estar disponible para los ciudadanos locales y se convertiría en uno de los tipos de café más conocidos a nivel mundial.
En este sentido, la diferencia entre un café espresso y un café americano es la cantidad de agua que tiene cada uno de ellos, y por ende su concentración de café. En algunos lugares, encontramos variantes del café americano que incluyen nata, caramelo o canela.