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Seguir comprando¿Sabías que al continente americano llegó primero el café que la semilla, y que en 1668, aún sin llegar la mata a Brasil y a Martinica, ya se tomaba café en Norte América?
La moda del café de la Europa del siglo XVII, se extendió a ciudades como Nueva York, Filadelfia y Boston. En estas, se abrieron cafeterías, que como en los países árabes y europeos, acogieron a toda clase de personas, incluyendo intelectuales, artistas y comerciantes. La Bolsa y El Banco de Nueva York se iniciaron en cafeterías de la zona que hoy es Wall Street.
Se dice que la primera cafetería, nació en Constantinopla, hoy Estambul, en el año 1.475. Pero también se argumenta, que éstas, se remontan al siglo XIII, debido a una preparación que hacían los turcos tostando los granos y mezclándolos con azúcar y especies como la canela, el cardamomo y los clavos de olor; y después se hervía. A esta bebida que luego de preparada, se utilizaba como medicina se le dio el nombre de café turco. Y se volvió tan apetecida, que fue necesario abrir casas de café, inaugurando la primera en La Meca. En estos lugares, la gente escuchaba música y hablaban de religión y de política; también jugaban o simplemente tomaban café. Muy pronto se propagaron por el mundo oriental, llegando a Constantinopla y a Damasco. Otras versiones dicen que nacieron en Estambul en 1.550, y se reprodujeron rápidamente, para convertirse en sitios de encuentro para los hombres turcos que buscaban tomarse un café para conversar y salir de la rutina. Los sultanes intentaron cerrarlas sin lograrlo, pues sin éstas, se perdían los impuestos que dichos negocios tributaban. Los primeros cafés, se dice que se abrieron en La Meca y se llamaban “kaveh kanes”. Estas cafeterías se extendieron rápidamente por todo el territorio árabe. Eran lugares confortables, con bonitos sofás donde los hombres jugaban ajedrez.
Los venecianos llevaron el café a Italia en 1615. La primera cafetería se abrió en Venecia en 1683, y en 1720 se inauguró el famosísimo “Caffe Florian de la plaza de San Marcos”, el cual sigue hoy abierto al público. En Venecia, el café reemplazó a los jugos de frutas y a los vinos. Mercaderes e intelectuales se reunían en las cafeterías. Las mujeres se les unían en las tardes.
La primera cafetería de Inglaterra, se abrió en Oxford en 1650. En dos años, habían más de 300, que se convirtieron en sitios de reunión masculinos, y no eran los lugares lujosos del medio oriente. Se dice que la locura del café en Londres, comenzó en 1652, cuando Pasqua Rosée, la sirvienta griega de un comerciante británico, abrió la primera cafetería de Londres. El café fue un éxito rotundo. Los intentos de Carlos II, para prohibir las cafeterías se vieron truncados en 1676, cuando se opusieron a él, varios ministros que eran amantes del café, lo mismo que toda la alta sociedad londinense, pues era normal ver todos los días a la Royal Society reunida en la cafetería “Grecian Coffee House”, con su presidente a la cabeza, el científico Isaac Newton, igual que el astrónomo Edmund Halley. Unos pocos años después se abrieron 82 cafeterías, y a comienzos del siglo XVIII, ya funcionaban más de tres mil.
En el caso de Francia, el café llegó en 1670, primero a Versalles y luego a París, ciudad donde rápidamente se volvieron populares decenas de cafés. Uno de los más importantes, “El Procope”, fundado en 1686, lujosamente decorado, el cual todavía existe. Allí fue donde se inventó una nueva forma de preparar café, conocida como prensa francesa. Grandes personajes de la época como Voltaire, Rousseau, convirtieron este lugar en su sitio de reuniones para hablar de política, religión, filosofía y para cambiar el mundo. Junto a los cafés de élite, se formaron los cafés para obreros, muy populares durante la revolución francesa.
Ambos modelos, aunque de diferente clase, se fundieron en uno solo, lo que hoy en día se conoce como café parisino. Otros cafés famosos de Francia, que todavía atienden al público son El Café de la Paiv, inaugurado en 1862. Oscar Wilde se reunía allí con sus colegas contemporáneos. Actualmente es un sitio emblemático para visitantes. Café de la Rotonde, sitio favorito de famosos pintores desde 1901. Café la Select, funcionando desde la década del veinte. Entre sus clientes más importantes estuvieron Hemingway y Picasso. Hoy ofrece un espacio amplio, elegante y tradicional. Café de Flore, el más famoso para los amantes del arte y la filosofía, inaugurado en 1887. Fue sede de las reuniones que organizaban Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
El café se introdujo en España a mediados del siglo VIII por medio de los italianos. La primera cafetería, abrió en Madrid en 1764, en la calle de Atocha, La fonda de San Sebastián, famosa por albergar reuniones clandestinas de militantes liberales. El Café de Levante, en Zaragoza, de estilo modernista, inaugurado en 1896, centro de encuentro de intelectuales. Sigue funcionando, atendido por las familias de los fundadores, de apellido Blázquez. El Café Els Quatre Gats, en Barcelona, funcionando desde 1897, frecuentado por Picasso. Cerró a comienzos de los setenta y reabrió en 1979. El Café Novelty, de Salamanca,abierto en 1905, recordado por las famosas tertulias de Miguel De Unamuno y Ortega y Gasset. En una de sus mesas se conserva una estatua de Gonzalo Torrente Ballester, reconocido escritor español, considerado el cliente más fiel de esta cafetería. El negocio cerró en 1978, pero volvió a abrir en 1979 para seguir siendo centro de la vida intelectual de la ciudad. El Café Comercial de Madrid, que se inauguró en 1.887. Famoso por las tertulias de Antonio Machado y Camilo José Cela. Cerró en 2015, pero volvió a abrir en 2017.
En Viena, las cafeterías se remontan a 1683, cuando se inauguró La Botella Azul. Muchos siguen funcionando, y son catalogados como espléndidos lugares de encuentro en los que se sirven gran variedad de cafés. El Café Sperl, fundado en 1880, conserva su interior original. El Café Central, que abrió en 1866, frecuentado por Sigmund Freud, sigue siendo de gran atracción turística por su pasado literario. Pastelería y Café Demel, con más de 200 años de Tradición, destaca su famoso salón rococó y sus deliciosas tartas y mazapanes.