Carrito de compra
Su carrito actualmente está vacío.
Seguir comprandoHoy en La Tienda del café cerramos nuestro recorrido, y no podíamos hacerlo de otra manera que con los lugares emblemáticos para tomar café en Colombia, país caficultor, pero también pensador y artista. Y estos dos grandes atributos se unen en su historia y en sus cafeterías.
En el siglo XX los cafés en Bogotá tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de la literatura y del periodismo. Allí se reunían los intelectuales a pensarse el país, a tomar café y probablemente otras cosas. Cafés como El Automático, El Windsor, El Inglés, El Cisne, El Excelsior, El Mercantil fueron punto de encuentro de poetas, periodistas y demás artistas. Así representan también, lugares de nacimiento de ideas de vanguardia, para el progreso político y cultural en general y para la literatura colombiana. Nombres como Germán Arciniegas, Alberto Lleras Camargo, Ricardo Rendón, León de Greiff, Gabriel García Márquez, por nombrar sólo algunos pocos, pasaron por estos cafés. Además de sus decorados y sus mobiliarios, la mayoría en maderas de tonos opacos, estos sitios tenían el atractivo de reunir a estos personajes.
Y aunque muchos de estos lugares ya no existen físicamente, quedan en el recuerdo de un gran momento para las cafeterías colombianas y bogotanas. Pero hoy, aún tenemos algunas que han resistido al pasar del tiempo, conservan las ideas y la misma esencia. Y otras que apenas construidas, recogen el valor de la cultura y la historia colombiana.
El primer café que, hasta el día de hoy, cuenta con un gran afecto y recuerdo por parte de los bogotanos es "La Botella de Oro". Los capitalinos, a principios del siglo XX solían frecuentar este sitio para sus tertulias diarias. Este lugar estaba ubicado en la esquina de la calle 10, exactamente, en el atrio de la Catedral que está en la Plaza de Bolívar.
Generalmente quienes frecuentaban este café eran los bogotanos de a pie, los hacendados sabaneros, y los políticos e intelectuales que pensaban en la construcción de un país mejor.
El Café Pasaje fue el lugar por excelencia para los abogados y periodistas. Este lugar que está situado al frente de la Universidad del Rosario, en el centro de la ciudad, sigue con sus puertas abiertas para los capitalinos.
Este espacio es testigo del día que se creó la idea de fundar al equipo bogotano Independiente Santa Fe. Como en el caso de los anteriores, este café fue la extensión del debate, los periódicos y el conocimiento.
Escondido entre los comercios del centro y con una estética retro, el bar más famoso de la ciudad de Colombia en la que murió Carlos Gardel en 1935, resiste ante un cierre que puso presión a sus finanzas y tiene melancólicos a sus clientes. Considerado patrimonio histórico de la ciudad y visita obligada de los amantes de la música antigua.
Fundado en 1957 por su padre, Gustavo Arteaga, El Málaga ha sido durante seis décadas punto de encuentro para melómanos, músicos, maestros, periodistas y escritores. El pintor y escultor Fernando Botero, el expresidente Belisario Betancur o el cineasta Víctor Gaviria fueron algunos de sus clientes más ilustres, a los pies de Gardel. Hace cuatro años, un incendio casi le hace perder su premiada colección musical, compuesta por más de 7.000 acetatos, y la construcción del famoso metro de Medellín también los puso en jaque.
Esta tienda parece un museo inspirado en la zona cafetera de la Sierra Nevada de Santa Marta. Juan Valdez hace práctica de la sostenibilidad y el reciclaje reutilizando diferentes materiales como maderas y botellas de cerveza en el diseño de la tienda y su mobiliario ubicada en la calle 73 con carrera 9.
“Con el diseño de esta tienda buscamos que los consumidores vivan la verdadera experiencia auténtica del café Premium colombiano, continúen descubriendo su taza perfecta y los diferentes orígenes de café, pero adicionalmente reforzamos aún más nuestro compromiso con la sostenibilidad de la caficultura y de nuestro entorno. Es un verdadero respiro para Bogotá, pues presenta una propuesta de diseño sostenible realmente innovadora.” Comenta Hernán Méndez, Presidente de Procafecol
También vemos un homenaje a las creencias y la forma de vida de los pueblos Arhuacos, Koguis, Wiwas y Kankuamos, en línea con la cultura ecológica, el respeto y la protección del medio ambiente. Se reutilizaron los listones de madera que dieron vida al piso de la reconocida terraza durante 12 años para crear la nueva pared principal, la barra y varias sillas y mesas que hacen parte del lugar; algunos materiales de la demolición tienen nueva vida en piezas de mobiliario y las lámparas artesanales, inspiradas en el cacao de la Sierra y hechas de vidrio de botellas recicladas.
Muchas cafeterías emblemáticas ya no están, pero en cada esquina de Colombia, cada quien tiene su lugar favorito para tomar café, cada lugar tiene su historia y cada camino algo que contar. Siguen creciendo algunas nuevas y siguen naciendo artistas que tal vez algún día compartan mesa contigo y puedas decir “yo estuve ahí”.
Y hasta aquí llega nuestro recorrido por las cafeterías más emblemáticas para tomar café. Dimos un paseo largo por Europa, Latinoamérica y Colombia. Pronto seguiremos recorriendo caminos y buscando historias que nos lleven siempre al mismo punto de encuentro, que nos lleven al café.