Origen Nariño, un café a la altura.

En este recorrido por Colombia no podemos dejar de lado un departamento lleno de hermosos lugares, lindas personas y un delicioso sabor a café, es el departamento más al sur de nuestro país por el lado del Pacífico, pero el más cercano y amigable de todos. Nariño es una tierra cafetera, llena de maravillas, tantas que hasta su capital es considerada la ciudad sorpresa.

Conozcamos Nariño

Este departamento al suroeste de Colombia lleva su nombre en honor a uno de los precursores de la independencia del país, Antonio Nariño. Está ubicado sobre la región andina y la pacífica, limitando con el Cauca, Putumayo, el océano Pacífico y la frontera con nuestro país hermano, Ecuador. Su geografía es diversa y el clima aún más, todo dependiendo de las altitudes, en las planicies cercanas al Pacífico es caluroso y en la región andina el frío es el factor dominante, aunque esta es la zona de mayor población y donde encontramos nuestro amado café. En Nariño habitan más de 1.6 millones de colombianos, los cuales se encuentran repartidos en un total de 64 municipios. Es un departamento que va en subida, tiene zonas al nivel del mar como otras de páramo a más de 4700 metros sobre el nivel del mar. Sus principales sustentos económicos son la ganadería y la agricultura, destacando cultivos como la papa, el frijol, el cacao y por supuesto el café.

El café de Nariño

En este departamento 41 de sus más de 60 municipios hacen parte de la tradición y producción cafetera de la región, en estos encontramos a más de 54 mil familias dedicadas a cultivar 36 mil hectáreas de café, principalmente café arábico. Entre las denominaciones que encontramos están obviamente la variedad Colombia, al igual que Castillo, Caturra, Típica y Borbón. El 99% de estas familias son considerados pequeños caficultores, lo que significa que no tienen más de 5 hectáreas plantadas, esto indica que es una región de un gran trabajo colaborativo y con gran oferta.

Aunque el departamento se caracteriza por ser de pequeños productores, se manejan altos estándares de calidad, los cuales se garantizan por medio de controles y procesos de innovación que se efectúan a lo largo de toda la cadena productiva y comercial. Todo esto para mantener el mejor sabor y la calidad característica de esta región.

La ubicación del departamento hace muy especial su zona cafetera, esta tiene unas condiciones especiales que logran la combinación de grandes factores, como la cantidad de horas de radiación solar al año, los grandes ciclos de lluvias y los suelos con un alto contenido de materia orgánica, que hacen posible el cultivo del café en grandes alturas, las cuales están alrededor de los 2.300 metros sobre el nivel del mar la cual también implica una baja temperatura cercana a los 16°C, mientras las temperaturas de la región se encuentran entre los 19°C y los 26°C. Esas bajas temperaturas que puede soportar el café de esta zona tienen una correlación positiva en otros cultivos con la acidez y los azúcares de las plantaciones. En el caso del café, la planta se protege de un entorno que considera adverso, desarrollando un metabolismo más lento. Como el proceso del cultivo se hace más lento, el desarrollo de la acidez, el dulzor y la suavidad se puede sentir mucho más en nuestra taza y el tiempo de espera también le aporta a que se desarrollen mayores atributos frutales.

La Denominación de Origen de la región, lo define como un café de fragancia y aromas fuertes, muy fuertes y acaramelados. En la taza se presenta una acidez alta con un cuerpo medio, da una impresión general muy balanceada y limpia, suave, pero con algunas notas dulces y florales.

Una taza con el toque de las mujeres nariñenses

En un departamento con la mitad de sus municipios cafeteros, las mujeres tienen que hacer parte de este proceso para poder llenar de sabor cada taza de café que se produzca en esta región, no es poco que sean más de 13 mil mujeres entre los casi 40 mil caficultores y en su gran mayoría siendo ellas las que, afrontando situaciones adversas del país, se han echado literalmente sus familias al hombro y sacado adelante a punta de buen café. Juntas alcanzan a cultivar más de 10 mil hectáreas de café en todo el departamento y se encuentran asociadas por 3 agremiaciones de mujeres caficultoras.

Un café de tradición

Descubrir que la tradición cafetera colombiana se puede encontrar en todos los departamentos, es una tarea que disfrutamos en cada taza, los sabores de nuestro país son tan ricos y tan propios que es imposible no querer descubrir en cada taza todo el sabor de Nariño, todo el sabor de Colombia.