Un café para el sueño

El sueño y el café han estado ligados toda la vida, quizás has escuchado el adagio popular que dice “al que madruga, dios le ayuda” y a cuantos nos pasa que lo primero que se hace es tomarse un café en las mañanas, también nuestra tradición cultural nos enseñó que el mejor remedio para el sueño es tomarse un café bien cargado, para trasnochar estudiando tomo café, para ese sueño que da a medio día después del almuerzo también tomo café como revitalizador de energía. ¿Pero realmente porque el café nos mantiene despiertos?

Efectivamente, la cafeína es productor de energía en nuestro organismo. Tiene una acción directa con nuestro cerebro, provocándonos pasar de un estado somnoliento, a uno de alerta, donde puede fluir la concentración, la capacidad para pensar y realizar esfuerzos físicos. En el cuerpo humano encontramos una enzima llamada ADENOSINA que controla este estado de cansancio, específicamente la cafeína la ataca o reemplaza para regular nuestra actividad cerebral frente al sueño. Al tomar una taza de café, se bloquean los receptores de adenosina, supliendo momentáneamente (los expertos sugieren una media hora aproximadamente después de tomar el café) la capacidad para regular cansancio físico e intelectual, dando como resultado un aumento de energía que dura entre 3 a 9 horas según el porcentaje de cafeína, la cantidad consumida, el cuerpo del café, el amargor y el metabolismo del consumidor.

Un estudio de la Universidad de Colorado en Estados Unidos y del Laboratorio de Biología Molecular del Medical Research Council de Cambridge, de Inglaterra, asegura que la causa a la falta de sueño al ingerir café se debe a que la cafeína afecta a nuestro reloj biológico interno, denominado CIRCADIANO, que regula las fases de sueño-vigilia y nos dice cuándo debemos dormir y cuándo despertarnos. Por ejemplo, la cafeína que contiene un espresso doble, consumida tres horas antes de irnos a dormir, retrasaría nuestros biorritmos en 40 minutos, lo que dificultaría nuestra capacidad para conciliar el sueño.

¿Es placentero tomarse una taza de café?

La dopamina es un neurotransmisor que se encargan de llevar mensajes de las neuronas a las células, interviniendo en muchos procesos como el movimiento, la memoria, el aprendizaje, entre otras. La llaman la molécula de la felicidad, dando razón a la emocionalidad, de ahí el hecho de que el aprendizaje que contiene una carga emocional dura más, como el recuerdo, por ejemplo, nuestros aprendizajes de niños han sido nuestra base para nuestra formación como adultos, dejando a un lado el refrán que dice “La letra con sangre entra”. Ahora bien, cuando tomamos café, la cafeína se adhiere a la dopamina aumentando su producción y disminuyendo su eliminación, por ende, vamos a sentirnos más activos, más concentrados y vamos a tener mejores respuestas motrices. En otras palabras, vamos a sentir placer, como el que sentimos con ese primer café del día o con esa inyección de energía después del almuerzo ¿Se te hace conocidas esas sensaciones?

Felicidad y café

Muchas veces la felicidad y la adrenalina están de la mano, para los que les gusten los deportes extremos, por ejemplo, saltar en un paracaídas a equis metros de altura sobre el nivel del mar, va a generar adrenalina antes, durante y después del salto, dejando esa sensación final de felicidad por haber logrado su propósito. Posiblemente, le ha pasado sentir felicidad con el olor de un café recién preparado y añorar, degustarlo en las mañanas, un momento de placer entre ese café y el amanecer, o posiblemente esa felicidad al tener un encuentro fraterno a ritmo de una taza de café en la tertulia de la tarde, o simplemente la felicidad de una experiencia por el café a nivel sensorial. Todo esto pasa gracias al aumento de la actividad cerebral que genera la cafeína, la adrenalina es la causante del aumento cardiaco y la presión arterial, por eso luego de una taza de café nos sentimos emocionados y con el corazón latiendo más rápido.

Taza de café espumoso con mensaje de good morning

No todo es color rosa, hay que tener en cuenta que el exceso de cafeína no es sano, todos los organismos son diferentes y no va a producir lo mismo, como bien lo hemos hablado se conjuga con las enzimas y en unas cantidades no aptas pueden ocasionar descontrol arterial, arritmia y cambios en el metabolismo del cuerpo. Además, puede ocasionar un factor de ansiedad en nuestro cuerpo y mente, sin olvidarnos de la adicción que puede generar debido al factor repetitivo y monótono, a todos los días a la misma hora necesitar una dosis de café, ya que a mayor cantidad de cafeína, mayores cúmulos de adenosina, la cual nuestro cuerpo quiere subsanar con más café. Seguramente cuando empezaste a tomar café solo era uno al día, luego dos, luego tres, ahora pueden ser cuatro tazas diarias.