Historia del café Santandereano

Tomar una buena taza de café es una experiencia no solo por la degustación, sino por la motivación cultural que se puede tener alrededor del proceso. Cuentan los abuelos y los libros de historia, que en el departamento de Santander y del Norte de Santander se libraron las más audaces batallas del camino al éxito del libertador Simón Bolívar. También cuentan que es una tierra rica en historia prehispánica, donde nació el empuje santandereano, donde se destaca el carácter de la mujer, enérgica y decidida, que ha llevado su nombre a través de nuestra tradición de pujanza y conquistas; historias que ha permitido plasmar su sello de valor en las labores agrícolas, teniendo al café como una opción de crecimiento y de identidad cultural

Conozcamos Santander

Santander es un departamento ubicado en Cordillera de los Andes, rico en valles de ríos y terrenos escabrosos, incluyendo al famoso y reconocido Parque Nacional de Chicamocha, nominado alguna vez, para hacer parte de las maravillas de mundo moderno. Sin duda alguna no podemos mencionar a este departamento, sin hablar del que es considerado pueblo más bonito de Colombia, Barichara y la llamada ciudad bonita, Bucaramanga. La música, la gastronomía, el carácter de los Santandereanos, el Páramo de Santurbán, Socorro (capital de la independencia latinoamericana) y para los deportes extremos en San Gil pueden encontrar diversidad de atracciones acuáticas; como se dice popularmente, después de una mojada, un buen café y la presencia de nuestra ave emblemática, el Cóndor.

Hoy en día este mítico departamento escribe una nueva historia al ser reconocido por su variedad de café especial, gracias a la ardua labor de los campesinos y caficultores que lo han posicionado como uno de los cafés más internacionales de Colombia y siendo, a la fecha, el departamento con mayores programas de certificación, pues su motivación principal es la alta calidad del café, por la conservación del medio ambiente y el bienestar de las familias y comunidades cafeteras. Siguiendo con la historia, esta región le abrió las puertas al desarrollo siendo pionera en Colombia en producción y comercialización, hoy podemos decir que es el séptimo departamento a nivel nacional, el café ocupa más del 40% de área sembrada en aproximadamente 22 de sus 87 municipios, destacando a: El Socorro, San Gil, Palmas del Socorro, Páramo, Valle de San José, Rionegro, San Vicente, San Andrés y Puente Nacional.

Composición de imagen de una taza de café con granos de café

El café Santandereano

Además de una larga historia, la taza de café Santandereano es reconocida por tener un cuerpo medio – alto y balanceado, una acidez media con sabores dulces, herbales, frutales y algunas sensaciones cítricas, al igual que sus fragancias con algunas notas achocolatadas y anuezadas. El café Santandereano es un producto sumamente delicado y cuidado desde el cultivo bajo sombra de bosques nativos (de ahí vienen sus notas herbales) que permite tener temperaturas homogéneas, favoreciendo al desarrollo lento del fruto, concentrándose los azúcares y facilitando la cosecha en un alto grado de madurez, sumado al componente humano, cultural y tradicional de la región; en el año 2014 La Superintendencia de Industria y Comercio otorgó la denominación de Origen, (signo distintivo de alta calidad con el cual se reconoce a un producto por las características geográficas de una región) sello que abrió puertas internacionales para consolidar el producto, gracias a más de 32 mil caficultores de los cuales 10 mil son mujeres, y un 31% son mujeres cabeza de familia que día a día trabajan por cosechar su propia esencia; el Santandereano entendió que la calidad de su café es digna de admirar, y comienza desde casa como mejor validador de excelencia. Una muestra más de la importancia de consumir en nuestro propio territorio un buen café.

Actualidad del café de la región

La competencia ha sido ardua y no se puede desfallecer, el empuje santandereano ha llevado al café Colombiano a una posición de admirar con la producción de cafés especiales, desde fincas tradicionales con más de 100 años de historia cafetera, entregando sin pausa, granos de alta calidad al mundo, con variaciones innovadoras, enamorando a extranjeros y locales por sus diferentes matices, aromas y sabores encantadores, al respetar los tiempos de elaboración y de secado para que absorba más el mucílago por ejemplo. Hoy en algunas fincas de la región se está imponiendo la experiencia del café Geisha proveniente de Panamá, adaptándolo a las condiciones actuales e implementando nuevas prácticas como el Honey rojo o el Honey negro, salvaguardando sus tiempos de secado de 15 días y dos meses respectivamente. Se abren al público sus procesos para que turistas puedan apreciar una verdadera experiencia cafetera desde el proceso del sembrado, la recolección, el secado y la degustación final acompañada de campesinos hospitalarios y exquisitos paisajes naturales.

Tenemos una cita con la historia, acompañada de una taza de café Santandereano, impregnada de su valor cultural, llevando al máximo su sabor rico en tradiciones y disfrutando de sus paisajes; el pulso fundamental del hombre es narrar y ser narrado, el voz a voz ha hecho que la tradición se expanda sin importar el territorio o la barrera del lenguaje. Si alguna vez se quiere conocer al departamento del Santander debe empezar con una buena taza de café Origen.